Atado y desnudo, el joven latino Felipe Capuco ha sido capturado por El Payaso y se enfrenta al mismo destino que los jóvenes tonificados que le han precedido. El ambiente oscuro y sucio desconcierta al joven, pero pronto se da cuenta de lo que se quiere de él antes de dejarlo libre. Mientras el musculoso payaso le desgarra la ropa y le araña la entrepierna, Felipe no tiene más remedio que dejarse crecer, hacer que la spermae bombee a su impresionante y gruesa polla, la mirada del enmascarado le demuestra que eso es lo que quiere, y mientras acerca su cara a su apretado cuerpo y a su polla, se excita con el mismo aroma del miedo y el sexo, y necesita ver al chico disparar una gruesa y pesada carga antes de que su apetito quede satisfecho, al menos por ahora...