Un turista con gorra de béisbol fue abordado en la calle por Ashley Ryder, que le preguntó si quería grabar una corrida delante de su cámara. Al principio pensó que era una broma, pero como tenía las pelotas llenas y le dolía y no tenía mucho dinero, pensó que podría tener suerte y rodar por dinero. Siguió a Ashley y no se arrepintió. En el estudio de Ashley había un joven sumiso, atado, esperando para servir de extractor de semen. Ashley sacó su gran polla y folló los agujeros de la perra atada. Una vez vacío y con un poco de dinero en el bolsillo, se preparó para volar de vuelta a casa y ¡se lo contó a todos sus amigos!