Después de una sesión de entrenamiento, un atlético barbudo se sienta en el vestuario y empieza a oler un par de zapatillas que le ha dejado un compañero. El olor le pone cachondo. Una enorme erección estira la tela de sus calzoncillos de licra. Se saca la polla, juega con sus huevos, se acaricia el agujero... ¡Una gran corrida se está acumulando!