Trabaja en el turno de noche y se encarga del almacén. Cuando los últimos colegas se van, el hombre árabe de pelo oscuro comprueba el stock y se aficiona al instante a un espécimen azul bastante grande. Con una sonrisa descarada en la cara, pasa sus manos por el hueco antes de mostrarnos su trasero bronceado y su agujero hambriento. Con tantos empujones dentro y fuera de su delicioso agujero, no queda nada sin usar en los estantes cuando termina su turno de noche.